Los adultos, en su mayoría inmigrantes tecnológicos, vivimos de forma estresante los cambios que nos imponen las NNTT, sobre todo los que procedemos de la generación del Madelman y la Nancy que hacía pis; acostumbrados a otros ritmos. Unas generaciones con mentalidad lineal y analógica. Es verdad. Reconozcamos que no estamos preparados y nos perturba el tener que enfrentarnos a la cotidianidad de los cambios tecnológicos en los gadgets que nos rodean. Por el contrario, los chicos de hoy son más inteligentes, tienen el don de la multitarea…, saben que les espera un mundo de oportunidades en la nueva era digital. En este sentido, la enseñanza en las escuelas no debe limitarse a cumplir el guión preestablecido, y por tanto, debemos alejarla de atavismos que limitan el natural desarrollo de nuestros alumnos. Los chicos tienen más capacidades, y cuando entran en un aula sin las NNTT pierden ese potencial que no termina por aflorar. Muchos de ellos se aburren y se desconectan de lo que el profesor les viene a decir, simplemente porque no les interesa.
Les confieso una experiencia personal donde las NNTT se están incorporando con éxito. Me refiero al colegio Novaschool Añoreta. Allí se está implantando un sistema completo que incluye soporte técnico in situ y en remoto, red de telecomunicaciones ad hoc, pizarras electrónicas, ordenador portátil por alumno, plataforma digital cargada de contenidos y formación permanente al profesorado… Este sistema está evolucionando gracias a la retroalimentación de padres y profesores. En definitiva, una nueva filosofía educativa en la que el profesor sigue siendo el alma mater de la clase, enseñando así a los alumnos a desenvolverse en la constelación del saber que es Internet. Por esta razón, los docentes tienen que estar concernidos por enseñar a sus alumnos a entender y aprender a manejarse en el complejo y fascinante mundo digital. Así mismo, el alumno que más horas de vuelo tenga, más capacidad y destreza pondrá en su haber de conocimientos teóricos y empíricos, pues, seguramente accederán a puestos de trabajos en el futuro que aún no están inventados. El mundo virtual no es más que un soporte vital del mundo real. No es ciencia ficción, son nuevas ventanas de oportunidad por explorar y conquistar, y que el hombre con su imaginación e ingenio ha sabido recrear, al igual que cuando descubrió el fuego, la rueda, la luz, radio, TV, ordenador…, innovaciones que han transformado de alguna forma nuestras pautas de comportamiento, y han contribuido a la prosperidad humana. No podemos estar de espaldas a la realidad, y sobre todo seguir obligando en nuestras escuelas a que nuestros chicos piensen en clave analógica, cuando ellos ya se desenvuelven en una realidad 3.0.
